Conociendo el Ciclo Menstrual. Las cuatro mujeres que habitan en ti.
A través de la terapia menstrual y del contacto permanente con otras mujeres, he podido comprobar que, a menos que busquemos embarazo de manera activa, hay un desconocimiento brutal de las fases del ciclo menstrual más allá de ovulación y menstruación (y estas dos de manera superficial). Pero, como vimos en el artículo “¿Cómo sé si tengo un ciclo menstrual sano?”, este no es únicamente un evento reproductivo, sino un signo de salud que puede aportarnos mucha información sobre nosotras mismas y sobre nuestra salud general, por lo que merece la pena conocer en profundidad las fases por las que transitas ciclo a ciclo y quién eres en cada una de ellas ¿o acaso no querrías conocer a alguien que va aacompañarte fielmente durante una gran parte de tu vida?
De este desconocimiento no nos culpo, vivimos en una cultura que ignora todos los ciclos de la naturaleza ¿por qué iba a ser diferente con el ciclo menstrual? Nadie nos enseña nada sobre nuestra sexualidad ni mucho menos sobre nuestro ciclo menstrual, si acaso unas meras nociones de biología, así que, pongámosle remedio.
A continuación, vamos a ver cada una de las fases detenidamente, cuál es la energía que impera en cada una de ellas y los arquetipos asociados para una mejor comprensión, pero antes de empezar, quiero matizar que esto es una guía general, es decir, que lo que te cuento suele ser así la mayoría de veces, sin embargo, esto no quita que tú sientas o vivas una fase de manera diferente a cómo la describo. Ten presente siempre que el mayor autoconocimiento parte de la observación de una misma.
Fase 1. Menstruación (fase folicular temprana).
Duración: 2 a 7 días.
Esta es la primera fase del ciclo menstrual, por lo que con tu primer día de sangrado abundante empieza un nuevo ciclo. En realidad la menstruación estaría dentro de la fase folicular (la veremos a continuación) pero a me gusta separarlas porque tienen energías muy distintas.
En este momento, gracias a la bajada hormonal, concretamente de la progesterona, se elimina el revestimiento uterino. La caída hormonal que vivimos en esta fase es la responsable de los síntomas menstruales (y premenstruales) tales como el descenso de la libido, los cambios de humor, los dolores de cabeza, etc. Es importante destacar que los síntomas que experimentes deberían ser suaves y sin interferencias en tu vida normal, de no ser así es probable que tengas un desajuste en tus hormonas.
Durante la menstruación nuestra energía es más introspectiva, está más enfocada “hacía adentro”, por ello, puede que te sientas más creativa, incluso más intuitiva. También hay quien se siente más “huraña”, sea como sea, no es un buen momento para tomar decisiones ya que solemos estar más despistadas y en mayor contacto con nuestras emociones negativas. Por lo anterior, no es de extrañar que no sientas ganas de socializar o que necesites bajar revoluciones y, en la medida que nuestro estilo de vida nos lo permita, es importante que respetemos eso o estaremos yendo en contra de nosotras mismas.
En este momento muchas mujeres no quieren ni oír hablar de sexo, en cambio, otras experimentan un fuerte deseo sexual, si es es tu caso, no lo reprimas, hay quien dice que nuestro cuerpo busca aliviar las molestias mediante el orgasmo. Si haces deporte evita el impacto estos días en pro de prácticas más suaves como el yoga o el pilates y baja las cargas si haces fuerza. Escucha a tu cuerpo.
Por último, a nivel arquetípico la menstruación se asocia con el invierno, con la luna nueva y con la anciana/bruja, si te fijas, estos símbolos tienen un mensaje común: algo tiene que morir para que lo nuevo pueda nacer.
Fase 2. Fase Folicular (tardía).
La fase folicular tiene una duración variable que va entre los 7 y los 21 días aproximadamente, incluyendo en este recuento los días de menstruación. Es la fase más variable del ciclo y si se alarga o acorta suele ser a expensas de variaciones aquí. Como ya he dicho, es la etapa que engloba la menstruación y termina con la ovulación, pero aquí nos centraremos en lo que sucede en la fase folicular tardía, es decir, después de que acabes de menstruar.
En este momento, suceden dos eventos importantes, por un lado y gracias a la hormona FSH, unos cuantos folículos se terminan de preparar para la ovulación (uno de ellos se convertirá en el óvulo protagonista de la siguiente fase) y por otro, el revestimiento del útero va aumentando su grosor de cara a un posible embarazo, debido al aumento progresivo del nivel de estrógenos, que en la fase anterior habían caído en picado junto a la progesterona.
Si estas atenta, notarás que tu piel y tu pelo empiezan a verse mejor día tras día conforme nos acercamos a la ovulación y en el caso de que durante la menstruación no tuvieras mucho deseo sexual, este también empezará a aflorar en estos momentos. A nivel de energía, estamos “hacia afuera”, en esta fase nos sentimos cada vez más enérgicas, sociables y enfocadas, por lo que este sí es un buen momento para tomar decisiones, para hacer planes que impliquen a más gente o tener por ejemplo, reuniones de trabajo importantes. Si haces ejercicio de fuerza empieza tu momento de mayor potencia y esto será así también en la ovulación, por lo que es el momento donde puedes exigirte más.
A nivel simbólico, esta etapa se corresponde con la primavera, la fase de la luna creciente y el arquetipo de la doncella, todos ellos metáforas del despertar o el renacer.
Fase 3. Ovulación.
Es la tercera fase del ciclo y la más breve, de hecho este evento como tal dura sólo 24 horas, pero los efectos de los que vamos a hablar pueden durarnos un par de días en torno a esto. Además de ser la fase mas corta es la fase MÁS IMPORTANTE de tu ciclo, ya que es la única manera que tiene nuestro cuerpo de producir progesterona, hormona fundamental para nuestra salud y determinante tanto en tu ciclo como en tu fertilidad, es decir, sin ovulación no hay ni menstruación ni tampoco embarazo.
En este momento aumenta la hormona FSH y la LH, lo que provocarán la liberación del óvulo y su posterior producción de progesterona. Aquí el nivel de estrógenos alcanza su pico máximo y también lo hace, la ya mencionada progesterona.
En torno al día de tu ovulación se da tu ventana fértil, es decir, es el único momento del mes en el que podrías quedarte embarazada y, ya sea que busques embarazo como que no, es importante saber si ovulas, puesto que esto implicará un correcto nivel de hormonas. Hablaremos de cómo reconocer este momento en otro post 😉
A nivel biológico, todo en esta fase se enfoca en facilitar la concepción, así que no es de extrañar que experimentes tu mayor pico de libido, que tu piel y tu cabello sigan luciendo con mejor aspecto, que tengas mejor autoestima y mayor deseo de socializar. En definitiva, nuestra energía está en su mejor momento.
Aún así pueden experimentarse síntomas “molestos” como tensión mamaria o sensibilidad a los olores. Y tal y como indiqué al principio, esto no quita que haya otra manera de vivir la ovulación, sobretodo cuando existen diagnósticos de enfermedades como la endometriosis, donde ciertas mujeres pueden vivir esta etapa con mayor cansancio y dolor.
En cuanto al área más espiritual, es la fase que se corresponde con el verano, con la luna llena y la madre, porque se considera una fase de plenitud.
Fase 4. Lútea.
También conocida como fase premenstrual, ocupa la segunda mitad del ciclo y acaba con el primer día de sangrado, por lo que sería la última fase de tu ciclo menstrual. Dura de 10 a 16 días y puede acortarse pero no se alargará más de eso.
Después de ovular, el cuerpo lúteo (que se encuentra en los ovarios) si no es fecundado va produciendo cada vez menos progesterona hasta que haya una caída más o menos brusca que propiciará el desprendimiento del revestimiento uterino para eliminarse con la menstruación y con ello, iniciar del siguiente ciclo. Cuando nuestro cuerpo lúteo no produce la suficiente progesterona, esta fase se acortará. Este es un dato a tener en cuenta a la hora de buscar embarazo, ya que si esta fase dura menos de 10 días, el revestimiento uterino se desprenderá antes de que se implante el óvulo fecundado en el útero. Pero ojo, también es importante para nuestra salud hormonal aunque no queramos concebir, puesto que un déficit de progesterona puede acarrear problemas como un síndrome premenstrual severo, miomas, endometriosis, etc.
Es la etapa de más cambios y donde puede aparecer el temido síndrome premenstrual con síntomas tales como la hinchazón, la retención de líquidos, acné, tensión mamaria, cefaleas, alteraciones del sueño y del humor. Es importante destacar que la fase premenstrual no genera síndrome premenstrual por sí misma, de hecho aquí es normal que exista cierta inflamación por el propio evento que está a punto de suceder (la menstruación), pero no deberían aparecer síntomas graves, demasiado molestos o que nos impidan hacer vida normal, puesto que esto estaría indicando un desajuste hormonal.
En este momento entramos en una fase más reflexiva, porque nuestra energía y nuestra atención comienzan a mirar de nuevo “hacia adentro”, así mismo nuestra sensibilidad aumenta y todo lo demás irá en descenso, nuestra fuerza corporal, nuestros niveles de energía física y social, nuestro deseo sexual e incluso nuestra autoestima. Es el momento de ser amables y compasivas con nosotras mismas.
Para terminar, a nivel arquetípico, los símbolos que la representan son el otoño, la luna menguante y la hechicera, comienza el momento de dejar ir y empezar a desprenderse de lo que ya no sirve.
Estas serían nuestras cuatro fases y lo que suele suceder más comúnmente en cada una de ellas, como habrás observado, no somos la misma mujer en cada una, vamos transformándonos como la luna. Uno de los beneficios de conocernos a través del ciclo menstrual es entender en cada momento qué necesidades tenemos y saber reconocer nuestros momentos de mayor o menor energía para organizar nuestra vida en torno a eso. No hacerlo es negar nuestra naturaleza cíclica, seguir viviendo en un mundo que se empeña en ser lineal y donde no encajamos.
Para acabar, quiero volver a recordarte que todo lo que has leído puede adaptarse a ti en mayor o menor medida, pero que, una vez conoces lo general, es fundamental que vayas a lo específico. Te he contado quienes somos en cada fase del ciclo menstrual, ahora te toca descubrir quien eres tú en cada etapa, con tu propia idiosincrasia, porque no hay dos mujeres iguales. Para ello te invito a que te descargues una poderosísima herramienta de autoconocimiento a través del ciclo, la rueda menstrual, puedes hacerlo aquí.
Hasta la próxima. Lorena.