¿Tienes el Síndrome de la Niña Buena?
Hoy en esta nueva entrada del blog te comparto una reflexión sobre algo que veo en consulta continuamente en mi trabajo con mujeres: el Síndrome de la Niña Buena, pero ¿qué es? y ¿cómo identificarlo?
¿Qué es eso del Síndrome de la Niña Buena?
Hace referencia a la manera de relacionarse de algunas mujeres dando más valor a las necesidades de los demás que a las suyas propias. Para ello, intentan amoldarse en todo momento al otro, dejando a un lado su personalidad propia, sus gustos y sobre todo, lo que necesitan. Es decir, supone una desconexión de sí misma.
El propósito, más o menos inconsciente, que tiene esta manera de actuar, ya sea con la pareja, amigos, familia, en el trabajo o incluso con la sociedad es demostrar que son SUFICIENTE, que son dignas de amor. Como si su valía dependiera de lo que dan a los demás y tuviera que ser aprobada por ellos.
Esto es herencia directa de un sistema patriarcal que, durante siglos, nos ha recalcado una y otra vez que como mujeres nuestro rol es el de cuidadoras y nada más. Y esto lo demuestra el hecho de que es bastante menos común en hombres. En cuanto a los costes, ni que decir tiene que adoptar el papel de niña buena tiene un precio elevadísimo ya que, como he mencionado anteriormente, conlleva dejarse de lado a una misma, por no hablar de la carga mental asociada a responsabilizarse de todo (y todos) lo que sucede a nuestro alrededor.
¿Por qué adoptamos las mujeres ese papel?
Convertirnos en la niña buena no es algo que hagamos de manera consciente, sino más bien, es el resultado de una serie de condicionantes que nos han llevado hasta ese rol sin habernos dado cuenta. Esos condicionantes son el mismo contexto patriarcal en el que estamos inmersas, (no podemos obviar la cultura en la que hemos crecido y esta sigue siendo profundamente machista), el estilo de crianza y la relación con nuestras principales figuras de referencia (nada de culpabilizar, hicieron lo que pudieron), así como nuestro posterior historial de relaciones sociales y de pareja.
La suma de todos esos factores generarán una serie de ideas distorsionadas en nosotras que nos llevarán a sentir culpa si no cuidamos de los demás y anteponemos nuestras necesidades, a fin de cuentas a la mayoría de mujeres nos han educado para adoptar ese papel de cuidadora/salvadora y salirse del molde no es fácil. Pero por si acaso la culpa no fuera suficiente, hay otrapoderosa razón que subyace al síndrome de la niña buena y es la necesidad de «ser vista». De hecho, suele ser una característica común de mujeres que se sintieron invisibles para alguno de sus progenitores, intentando compensar de este modo esa carencia.
Tipos de Niña Buena
Apuesto a que esto le resultará familiar a más de una mujer. Si es tu caso, déjame decirte que el síndrome de la niña buena es uno de los grandes ladrones de energía de las mujeres. Ya que, estar constantemente pendiente de las necesidades del otro y de si eres digna de su atención/amor, aparte de agotador, te está impidiendo poner el foco en lo que realmente importa: tu bienestar. No podemos conquistar nuestro verdadero poder personal si lo ponemos en manos de otras personas. Y otra cosa más, eres digna de amor por la sencilla razón de SER tú.
Pero, no todas las niñas buenas son iguales, existen diferentes tipos y es importante que identifiquemos cuál predomina en ti, así podrás conocer tus puntos débiles y a partir de ahí comenzar a recuperar el poder que has cedido:
- La niña buena prudente. Se calla sus opiniones o ignora constantemente sus necesidades para no incomodar a nadie, siente que sus problemas son una carga y evita el conflicto. Debajo de esto existe la creencia de que si da mucho la lata la dejarán de querer.
- La niña buena sacrificada. En algún momento ha asociado su valor personal con la capacidad de ponerse al servicio de los demás, por lo que cree que cuanto más se deje la piel por el otro mejor persona es. Esto implica dejarse completamente de lado, porque literalmente, no le queda tiempo para ella. La creencia que subyace es la de que si atiende sus necesidades estará dejando de atender a los demás y será tildada de egoísta, por lo que dejarán de valorarla.
- La niña buena perfecta. Vive bajo la tiranía de la apariencia física, no concibe que nadie la vea sin arreglar. Y es que cree que su valor personal reside únicamente en su físico. Le horroriza cualquier comentario negativo hacia ella o su apariencia. En el fondo, subyace el miedo a no ser aceptada, seguramente de pequeña la valoraron en extremo por su físico o ha crecido en un contexto donde a esto se la ha dado excesiva importancia. Esta perfección a veces se extiende a otras áreas de su vida, teniendo la necesidad por ejemplo de mostrar en redes una vida perfecta o siendo muy perfeccionista y autoexigente en los estudios, el trabajo, etc.
- La niña buena responsable. Aquí hay un síndrome de la impostora como una catedral. De nuevo, la autoexigencia. Es la que ha asociado sus resultados laborales y su productividad en general a su valía personal. Esto implica matarse a trabajar porque nunca se siente suficientemente preparada, sobretodo en comparación con otras/os profesionales. La idea profundamente arraigada bajo este comportamiento es que si lo hago mal no me querrán.
- La niña buena amoldada. Vive adaptándose a quien tiene en frente, tanto que en las relaciones se suele mimetizar con los gustos y necesidades de su pareja y se quita tanto valor que acaba siendo invisible. En sus relaciones suele hacerse pequeñita para encajar. Lo que hay detrás es, nuevamente, miedo a mostrarse tal y como es por si no encaja.
Puedes identificarte con más de una. Cada tipo agota su energía de alguna manera ya que viven permanentemente hacia fuera. Si te fijas el miedo que subyace debajo siempre es no ser aceptada, no ser querida o no ser valorada.
¿Cómo librarme del Síndrome de la Niña Buena?
Como hemos visto en el punto anterior, lo primero es identificar tus patrones, sin culpa, entendiendo la razón que te ha hecho llegar hasta ahí. Darle luz a los problemas tiene algo terapéutico en sí mismo. Y acto seguido te planteo las siguientes preguntas: ¿cómo te hace sentir vivir únicamente teniendo en cuenta las necesidades de los otros? ¿cuándo fue la última vez que decidiste algo por que tú lo querías o necesitabas realmente? ¿crees que si mañana dejas de entregarte al cien por cien a tu entorno van a dejarte de querer?
Una vez hayas reflexionado sobre esto, empieza a reconectar contigo, en medio de esa vorágine de cuidados hacia los demás, busca huecos para ti, para preguntarte cómo te sientes y qué necesitas. A continuación te propongo una serie de actividades que te pueden servir para volver a poner el foco en ti:
- Pon límites a los demás, descubre el placer de decir «no» o «ahora no» de vez en cuando.
- Busca actividades que te guste hacer para ti y reserva al menos un ratito a la semana para llevarlo a cabo. Puedes hacer una lista.
- Ten una tribu, es importante rodearse de otras mujeres, apúntate a un club de lectura o queda con tus amigas una vez al mes al menos.
- Intenta decir lo que sientes o piensas, en serio, no van a dejar de quererte por ello, y si lo hacen, estabas en el lugar equivocado.
- Escribe. Busca un cuaderno y dedica cinco minutos al día, antes de dormir a responder a la pregunta ¿cómo me siento y qué necesito ahora mismo? Puede que te cueste al principio pero es una magnifica idea para conectar contigo otra vez. Y no olvides darte eso que necesitas.
- Y suelta el control, que te quieran, que te valoren no depende de que llegues a todo, ni siquiera depende de ti.
Y hasta aquí lo que tenía que contarte sobre el síndrome de la niña buena, si te apetece decirme algo puedes hacerlo a través de redes sociales @concienciayciclo o a través del email hola@concienciayciclo.com. Y si necesitas que trabajemos este tema puedes concertar una cita aquí. Hasta la próxima, Lorena.